Si os hablo de Tinder seguro que automáticamente ya sabréis de lo que os estoy hablando. Y es que aunque no la hayas usado en tu vida, Tinder se ha vuelto tan popular entre la población joven que es imposible no enterarse de su existencia. No obstante, para los más despistados, deberíamos explicar brevemente en qué consiste para luego informaros sobre un secreto que por fin se ha revelado sobre la misma.
Se trata de una app de citas, en resumidas cuentas. Para ligar. La cuestión es que cada usuario debe rellenar un perfil para publicarlo y una foto, una foto en la que salgas muy guapo. Una vez hecho esto tienes que elegir tus preferencias sexuales y ya puedes empezar a buscar ligues. Éstos son seleccionados por la foto, nosotros lo único que tenemos que hacer es mandarla a la izquierda si le queremos descartar o a la derecha si nos gusta. El caso es que si mandamos la foto a la derecha y la otra persona también manda nuestra foto a la derecha, podremos establecer una conversación de chat y quedar. El resto ya es cosa nuestra.
Pero lo curioso es que ahora se ha descubierto que en realidad Tinder funciona de una forma que nadie pensábamos. Es decir, no solo aparecen en tu pantalla aquellos usuarios que se adaptan a tus preferencias sino que también ellos los filtran por una clasificación interna que hacen en función del número de rechazos o matches que hayan tenido. En otras palabras, los clasifica según su deseabilidad. Por tanto vendría a funcionar como un sistema de votos, y en este caso, cada vez que nos acepten tendremos un voto positivo. Además, la app suele tratar de que se junten usuarios con el mismo nivel de deseabilidad. Y así, cuanto más ligues y triunfes, más votos tendrás.
