Cada vez son más los anunciantes que apuestan por la publicidad móvil, especialmente a través de apps o sites móviles. ¿La razón? El móvil es el dispositivo que llevamos siempre encima, es personal y mantiene al usuario siempre conectado, por todo ello es el excelente instrumento de comunicación de las marcas con sus usuarios finales. Reflejo de esto, la inversión en publicidad móvil se quintuplicará en los próximos 4 años, según un estudio de International Data Corporation (IDC).
Pero ¿qué buscan los anunciantes en las aplicaciones para insertar su publicidad en ellas? Son 2 las tendencias principales: la búsqueda de branding (conocimiento de marca) o la consecución de objetivos concretos, ya sea llevar al usuario a su tienda, aumentar su base de datos de clientes potenciales, comunicar una promoción o incrementar sus ventas.
Para la realización de branding utilizan especialmente la publicidad Premium, a través de la cual escogen minuciosamente las apps donde aparecerán, que serán las que encajen con el perfil de sus usuarios, por ejemplo mujeres de 25 a 45 años, altos ejecutivos con poder adquisitivo elevado o familias con hijos pequeños. Esta segmentación es realizada por el contenido de la aplicación, determinando qué intereses o necesidades son las que tienen su público objetivo. La principal demanda en este tipo de publicidad son las aplicaciones con contenido femenino, relacionadas con los deportes (especialmente fútbol) y aplicaciones de automoción (gasolina, radares, carreteras, etc.), pero otros contenidos son también interesantes para diferentes marcas cuyos objetivos encajen con estos perfiles de usuarios. Además del contenido, las apps escogidas han de tener un volumen de impresiones y de usuarios únicos relevante para poder alcanzar al mayor público posible, por lo que es imprescindible que nuestra app sea promocionada, disponga además de un contenido relevante para los usuarios y su usabilidad sea sencilla, rápida y amigable. Los anunciantes, para obtener la mayor notoriedad posible, demandan formatos diferentes y novedosos que impacten al usuario y conseguir así mayor interacción y recuerdo de la marca. Incluso se realizan en ocasiones acciones especiales en aplicaciones, donde la marca personaliza parte de la app o algún elemento concreto de la misma.
La publicidad Performance es la escogida para campañas de resultados, ofreciendo modelos de negocio adaptados a los diferentes objetivos que pretenda alcanzar la marca. Los modelos más habituales son CPC (coste por click), CPD o CPI (coste por descarga o instalación) y, cada vez más demandados, CPL (coste por lead o registro) y CPA (coste por adquisición). La gran ventaja para el anunciante es que sólo invierte por objetivo conseguido, ya sea un click, un lead, una descarga o una compra o suscripción a un producto. La aplicación por tanto ha de disponer de un inventario extenso y tener un CTR (click through rate) lo más elevado posible, con lo que necesitará de un menor número de impresiones publicitarias para obtener la conversión contratada por el anunciante. Muchas son las campañas que se realizan con estos modelos, y más en tiempos de crisis donde la inversión publicitaria está más orientada a resultados que a hacer branding únicamente.
Si nuestra intención es la monetización de nuestra aplicación a través de publicidad, hemos de atender a la demanda del mercado, que podemos resumir en aplicaciones de contenido relevante para el usuario, volumen de impresiones y usuarios únicos, formatos publicitarios notorios y novedosos y modelos de negocio orientados a resultados.
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La autora ha sabido resumir de forma muy precisa la conjunción de aplicaciones para móviles, la publicidad, y su monetización.